Corea del Norte ha sido objeto de una gran atención internacional durante las últimas décadas debido a su régimen político totalitario. El país, bajo el liderazgo de la familia Kim, es considerado uno de los estados más restringidos y opresivos del mundo.
El régimen de Corea del Norte se basa en la ideología del Juche, que promueve la autosuficiencia y el aislamiento del mundo exterior. El gobierno controla todos los aspectos de la vida de los ciudadanos, incluyendo su educación, trabajo y medios de comunicación. La población del país vive en un clima de totalitarismo que se caracteriza por el miedo, la vigilancia y la falta de libertad.
El gobierno de Corea del Norte ha cultivado un culto a la personalidad en torno a los miembros de la familia Kim, especialmente al fundador del estado, Kim Il-sung. Se le atribuye la creación de Corea del Norte y es visto como un héroe nacional que luchó contra las fuerzas imperialistas y coloniales. Innumerables retratos, estatuas y monumentos en honor a Kim Il-sung y su hijo, Kim Jong-il, están presentes en todo el país.
El culto a la personalidad es alimentado por la propaganda estatal, que es omnipresente en Corea del Norte. Los ciudadanos son educados desde una edad temprana en la gloria de la 'familia revolucionaria', mientras que los líderes del país son retratados como figuras mesiánicas y protectores del pueblo. Esta música, literatura y televisión cuenta con temas que promueven la ideología del Juche y redoblan los mensajes del culto a la personalidad.
El régimen de Corea del Norte se presenta a sí mismo como un estado socialista, pero en realidad se caracteriza por una jerarquía militarista y la priorización de la seguridad nacional. Al contrario que en otros países socialistas, el gobierno de Corea del Norte otorga un papel prominente al ejército en la vida política del país. Además, los ciudadanos son vigilados intensamente por la policía secreta y cualquier actividad vista como amenaza al estado es castigada severamente.
La seguridad nacional también se extiende a la política exterior de Corea del Norte. El país ha desarrollado armas nucleares y ha intensificado sus programas de misiles como una forma de intimidar a sus oponentes y ejercer influencia en la política internacional. Tal vez lo más preocupante es su falta de comunicación con el mundo exterior. Las raras ocasiones en que la prensa surcoreana es permitida en el país dejan de manifiesto una muy mala calidad de vida de los ciudadanos, la represión, las ejecuciones, la falta de alimentos y el aislamiento.
Corea del Norte, en manos de la familia Kim durante más de 70 años, es un país aislado y represivo que mantiene a sus ciudadanos bajo estricta vigilancia y control. El culto a la personalidad, la propaganda y la vigilancia policial son herramientas utilizadas por el régimen para mantener a la población bajo control.
La seguridad nacional es la principal preocupación del estado de Corea del Norte, que ha desarrollado un arsenal nuclear y misilístico para intimidar a sus oponentes y ejercer influencia en la política internacional. La falta de diálogo y el aislamiento del país plantean preguntas sobre el futuro de Corea del Norte y la seguridad mundial.
Con su actual líder, el joven Kim Jong-un, Corea del Norte aún sigue generando amenazas a la paz internacional. Queda por ver qué rumbo tomará su gobierno en la próxima década, pero la población de Corea del Norte probablemente seguirá experimentando la opresión de un régimen que ejerce un control absoluto sobre sus vidas.